En un caluroso día de verano, nada resulta más refrescante que un helado o una bebida fría. Pero ¿alguna vez has dado un sorbo de tu bebida favorita y sentido un dolor repentino y agudo? Si es así, ¡no estás solo! Conocida como sensibilidad dental o hipersensibilidad dentinaria, es un problema dental común que afecta a millones de personas cada año.
Entonces, ¿qué es la sensibilidad dental y qué la causa?
¿Qué es la sensibilidad dental?
Aunque parecen pequeñas por fuera, las piezas dentales tienen una estructura interna compleja. La parte visible del diente, llamada corona, está cubierta por esmalte, la sustancia más dura del cuerpo humano. Debajo del esmalte se encuentra la dentina, una capa amarillenta que constituye la mayor parte del diente.
La dentina contiene terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, y está conectada con la pulpa —la parte más interna del diente—. Cuando el esmalte protector se desgasta o las encías retroceden, esta dentina sensible queda expuesta. Entonces, los estímulos calientes, fríos o dulces llegan directamente a las terminaciones nerviosas, provocando un dolor agudo conocido como sensibilidad dental.
¿Qué causa la sensibilidad dental?
La causa más común es el debilitamiento o pérdida de la barrera protectora del esmalte. Sin embargo, existen otros factores que también pueden contribuir, como:
- Caries dentales: Las cavidades no tratadas permiten que las bacterias alcancen los nervios y generen dolor.
- Recesión gingival: Cuando las encías se retraen, las raíces dentales —que carecen de esmalte— quedan expuestas y sensibles.
- Procedimientos dentales: Obturaciones, coronas o tratamientos de blanqueamiento pueden causar sensibilidad temporal.
- Alimentos y bebidas ácidas: Pueden erosionar el esmalte y aumentar la sensibilidad.
- Técnica de cepillado incorrecta: Usar un cepillo de cerdas duras o cepillar con demasiada fuerza puede dañar las encías y el esmalte.
- Traumatismos: Fracturas o golpes en los dientes pueden dañar las estructuras internas y producir sensibilidad repentina.
¿Cuáles son los síntomas de la sensibilidad dental?
El síntoma más común es un dolor repentino y agudo al exponerse al aire frío o caliente, o al consumir ciertos alimentos o bebidas. Este dolor suele durar entre 10 y 15 segundos.
Si la causa es temporal, el dolor normalmente no empeora. Sin embargo, en casos más graves como un absceso dental, también pueden aparecer:
- Dificultad para masticar
- Dolor al morder
- Mal aliento
- Encías enrojecidas o inflamadas
- Mayor sensibilidad al consumir alimentos fríos o calientes
¿Cómo se puede tratar la sensibilidad dental?
Existen varias formas de reducir la sensibilidad y recuperar el confort en la vida diaria:
- Pasta dental: Las pastas dentales normales ofrecen un cuidado básico. Las formuladas para la sensibilidad incluyen ingredientes que bloquean las señales nerviosas.
- Cepillo de dientes: Usar un cepillo de cerdas suaves en lugar de uno duro ayuda a proteger el esmalte y las encías.
- Tratamiento con flúor: Cuando el esmalte se debilita, la sensibilidad aumenta. El dentista puede aplicar gel de flúor para fortalecer el esmalte y aliviar las molestias. También puede recomendar pasta o enjuague con flúor para uso en casa.
- Procedimientos dentales: Si el dolor persiste, el dentista puede recurrir a tratamientos como empastes, coronas o injertos de encía, según la causa del problema.
- Rutina de higiene oral completa: Cepillarse los dientes no es suficiente. Es necesario usar hilo dental al menos tres veces por semana e incorporar enjuagues especiales según necesidad. Además, se recomienda una revisión dental cada seis meses.
¿Qué ayuda a aliviar la sensibilidad dental?
Además de los tratamientos anteriores, algunos remedios naturales pueden ayudar a reducir el dolor:
- Enjuagarse con agua salada.
- Aplicar aceite de clavo directamente sobre la zona afectada.
- Usar una compresa fría o caliente cerca del diente sensible.
- Enjuagarse con té verde sin azúcar, que calma de manera natural la boca.